Cuba » Las Cuevas de Bellamar
Las Cuevas de Bellamar o Gran Paleocaverna Bellamar
Actualizado: 17 de noviembre del 2022
Por: Norfi Carrodeguas
Por: Norfi Carrodeguas
Viaje a una de las cuevas más bellas del mundo en Matanzas. Fotos y descripción de sus galerías, salones, estalactitas, estalagmitas y formaciones minerales bajo la tierra, en el centro turístico más antiguo de Cuba.

Las Cuevas de Bellamar es el centro turístico más antiguo de Cuba, que se mantiene activo.
Se trata de una serie de cavernas llenas de encantos naturales, que atraen la curiosidad y el interés de los aficionados a la espeleología, de los turistas y de cualquier persona.
Está situada cerca de la ciudad de Matanzas, en una meseta marina que rodea la ciudad por el sur.
Junto al Playa Varadero, las Cuevas de Bellamar son uno de los símbolos de esta provincia.
Samuel Hazard, dibujante y artista norteamericano expresó: "Quien no ha visto las Cuevas de Bellamar, no ha visto Cuba".
Lo que se conoce como las Cuevas de Bellamar, se trata realmente de una sola cueva con varias ramificaciones o galerías y salones, que suman más de 24 kilómetros de largo en total, distribuidas en 9 niveles.
Su nombre oficial y el más apropiado es Gran Paleocaverna Bellamar, aunque seguiremos empleando en este artículo su nombre popular.
Este sistema de cuevas es Área Protegida, en la categoría de Elemento Natural Destacado.
La Gran Paleocaverna se formó hace más de 300 mil años bajo el fondo del mar en la bahía de Matanzas.
Posteriormente debido a movimientos tectónicos la zona se elevó, las cavernas se fueron secando y las filtraciones del agua con carbonato de calcio disuelto al gotear, crearon pacientemente las estalactitas, estalagmitas, mantos, columnas y otras estructuras que podemos apreciar hoy en la cueva.

A continuación se puede ver un mapa del área de la Gran Paleocaverna Bellamar.
Sombreado de color amarillo está el área adaptada para visitas, aunque en la práctica es mucho menor el recorrido actual.

Ver mapa a mayor tamaño
Describimos en este artículo solo la sección de la cueva abierta y acondicionada para los visitantes, cuya entrada está situada en el Centro Turístico del mismo nombre.
Según la historia, las cuevas fueron descubiertas de forma casual por un obrero que perdió una herramienta por una grieta del suelo en febrero de 1861.
Al tratar de recuperarla descubrió una entrada por la que descendió al hoy salón principal de la cueva.
Meses después Manuel Santos Parga el dueño de la finca La Alcancía, donde se localizaba la entrada a la cueva, que poseía un gran espíritu comercial, acondiciono la entrada y comenzó a ofrecer visitas al lugar a los matanceros.
Los encantos del lugar atrajeron visitantes desde el 22 noviembre de 1862, que primero con antorchas y velas, después con lámparas de gas y posteriormente con luz eléctrica, acudían a irar las bellezas de la cueva.
Los que deseamos irar las bellezas de la cueva y explorar sus galería subterráneas, posemos acceder a una sección de la cueva preparada para los visitantes, con todas las condiciones para evitar cualquier riesgo a los que no somos especialistas, ni aventureros.
El área acondicionada para las visitas, comprende más de 700 metros de galerías, con una profundidad máxima de 32 metros.
En ocasiones es necesario subir o bajar usando escalones tallados en la roca que son resbaladizos o agacharse para pasar por túneles, pero la caminata no es extenuante debido a la temperatura agradable, que se mantiene todo el año entre 26 y 28 grados centígrados, aunque la humedad es molesta (98%).

En los túneles aún se puede advertir restos del antiguo sistema de iluminación de la cueva creado en el 1910.
En el recorrido por la cueva nos encontramos con varias estructuras creadas por el continuo gotear del agua, que consisten en Carbonato de calcio.
Las estalactitas (cilíndricas y cónicas descienden y cuelgan desde el techo), estalagmitas (cilíndricas y aplanadas) situadas bajo las anteriores, columnas formadas por la unión de ambas y los mantos o cascadas formadas por la filtración a lo largo de las paredes.
Se accede al interior de la cueva por una estrecha escalera situada dentro de una pequeña edificación, que funge también como un museo, en el que se puede obtener información de las cavernas y irar objetos extraídos en excavaciones arqueológicas.

La antigua construcción de estilo clásico está situada encima del salón principal de la caverna y después de descender nos daremos cuenta que la parte interior está completamente hueca.
La entrada es la misma por la que hace más de cien años bajaron los primeros exploradores.
Inmediatamente después de descender por las escaleras, nos encontramos con el salón principal, también conocido como el Salón Gótico.
El Salón Gótico es una inmensa cavidad de 25 metros de ancho por 80 metros de largo.
En el nacen distintas galerías que se dirigen hacia el este y oeste.
Llama la atención una enorme estalactita que al descender se unió con una estalagmita, formado una enorme columna. Es la mayor de la cueva.
También se puede irar el llamado Manto de Colon, una cascada de 12 metros de altura.
Posteriormente seguimos por la galería del Confesionario hasta llegar a una bifurcación llamada el salón del Entronque.
Unos metros después a la derecha se encuentran dos pocetas, en las que se acumula agua cristalina que se filtra por las paredes, una de ellas se conoce como la Fuente de la Juventud y la otra más pequeña la Fuente del Amor.

Aunque solo es una tradición, la mayor parte de los visitantes se enjuagan las manos o la cara con el agua de ellas.
Después de las fuentes se puede apreciar en el techo de la cueva la claridad del exterior, debido a una abertura conocido como el Respiradero que funge como un hueco de ventilación.
Unos metros después la galería casi es obstruida por un manto de aspecto coralino, que usan los visitantes como fondo para tomarse una foto, es la Sala de la Bendición.
A la izquierda en la pared, las filtraciones durante miles de años formaron una cascada o un mural con formas caprichosas, como si se tratara de una obra artística.
Los que posean algo de imaginación pueden distinguir en la esquina superior izquierda el llamado "niño buda", en la parte inferior un oso polar sobre un témpano de hielo y a la derecha la parte trasera de un elefante.

Siguiendo unos metros llegamos al final del recorrido, justo a la derecha vemos una estrecha galería parcialmente inundada conocida como el Baño de la Americana.
Debe su nombre a una visitante de ese país, que en el siglo pasado decidió refrescar tomando un baño allí y desapareció para siempre.

Las galerías continúan y descienden, más adelante se encuentra el Lago de las Dalias con formaciones que parecen estas flores, pero la disminución del nivel de oxígeno en esta zona, hace que no sea recomendada para los visitantes y aficionados.
Parte del viaje de vuelta se realiza por la llamada Galería del Regreso, mucho más ancha y amplia que las anteriores.
La edad de la rocas donde se encuentra el Sistema Cavernario de Bellamar se estima en 25 millones de años, entre los periodos Neógeno y Cuaternario.
Estas cuevas atesoran restos de la fauna que vivió en aquellos tiempos.
Gracias a los hallazgos arqueológicos se ha podido conocer de la existencia de especies como el pez Puercoespin (Diodon circunflexus), el gigantesco tiburón (Carcharodon megalodon), la lechuza gigante (Tyto riberoi), el perezoso gigante (Megalocnus rodens) y otras especies.
También se han encontrado en cavernas del sector Gato Jibaro, varios enterramientos aborígenes de los antiguas habitantes de Cuba. Los restos de uno de ellos se pueden ver en el museo de la instalación.
Las Cuevas de Bellamar se encuentran aproximadamente a 4 kilómetros al sureste de la ciudad de Matanzas, sobre una meseta que bordea la ciudad.
Se accede por la carretera del Cocal que nace en la calle 258 (Descanso), a la que se puede acceder desde el viaducto que conduce a Varadero.
Comprueba se ubicación en Google Maps usando el siguiente enlace: Cuevas de Bellamar
Las instalaciones de la cueva forman parte de un centro turístico del mismo nombre, que posee dos restaurantes, bares, tiendas de suvenires, cafeterías, parque de recreación infantil, alquiler y monta de caballos y otras facilidades.
Se trata de una serie de cavernas llenas de encantos naturales, que atraen la curiosidad y el interés de los aficionados a la espeleología, de los turistas y de cualquier persona.
Está situada cerca de la ciudad de Matanzas, en una meseta marina que rodea la ciudad por el sur.
Junto al Playa Varadero, las Cuevas de Bellamar son uno de los símbolos de esta provincia.
Samuel Hazard, dibujante y artista norteamericano expresó: "Quien no ha visto las Cuevas de Bellamar, no ha visto Cuba".
La Gran Paleocaverna Bellamar
Lo que se conoce como las Cuevas de Bellamar, se trata realmente de una sola cueva con varias ramificaciones o galerías y salones, que suman más de 24 kilómetros de largo en total, distribuidas en 9 niveles.
Su nombre oficial y el más apropiado es Gran Paleocaverna Bellamar, aunque seguiremos empleando en este artículo su nombre popular.
Este sistema de cuevas es Área Protegida, en la categoría de Elemento Natural Destacado.
La Gran Paleocaverna se formó hace más de 300 mil años bajo el fondo del mar en la bahía de Matanzas.
Posteriormente debido a movimientos tectónicos la zona se elevó, las cavernas se fueron secando y las filtraciones del agua con carbonato de calcio disuelto al gotear, crearon pacientemente las estalactitas, estalagmitas, mantos, columnas y otras estructuras que podemos apreciar hoy en la cueva.
Formación de las estructuras calcáreas en las Cuevas de Bellamar.

A continuación se puede ver un mapa del área de la Gran Paleocaverna Bellamar.
Sombreado de color amarillo está el área adaptada para visitas, aunque en la práctica es mucho menor el recorrido actual.
Mapa de las Cuevas de Bellamar con las principales galerías y salones.

Ver mapa a mayor tamaño
Describimos en este artículo solo la sección de la cueva abierta y acondicionada para los visitantes, cuya entrada está situada en el Centro Turístico del mismo nombre.
Descubrimiento de las Cuevas de Bellamar
Según la historia, las cuevas fueron descubiertas de forma casual por un obrero que perdió una herramienta por una grieta del suelo en febrero de 1861.
Al tratar de recuperarla descubrió una entrada por la que descendió al hoy salón principal de la cueva.
Meses después Manuel Santos Parga el dueño de la finca La Alcancía, donde se localizaba la entrada a la cueva, que poseía un gran espíritu comercial, acondiciono la entrada y comenzó a ofrecer visitas al lugar a los matanceros.
Los encantos del lugar atrajeron visitantes desde el 22 noviembre de 1862, que primero con antorchas y velas, después con lámparas de gas y posteriormente con luz eléctrica, acudían a irar las bellezas de la cueva.
Recorrido y exploración de las Cuevas de Bellamar
Los que deseamos irar las bellezas de la cueva y explorar sus galería subterráneas, posemos acceder a una sección de la cueva preparada para los visitantes, con todas las condiciones para evitar cualquier riesgo a los que no somos especialistas, ni aventureros.
El área acondicionada para las visitas, comprende más de 700 metros de galerías, con una profundidad máxima de 32 metros.
En ocasiones es necesario subir o bajar usando escalones tallados en la roca que son resbaladizos o agacharse para pasar por túneles, pero la caminata no es extenuante debido a la temperatura agradable, que se mantiene todo el año entre 26 y 28 grados centígrados, aunque la humedad es molesta (98%).
Paredes de la Cueva de Bellamar tapizadas de formas cristalinas, compuestas de calcita y aragonito, formadas durante miles de años por la paciente labor del agua.
Los visitantes siempre tratan de arrancar algún pedazo de calcio cristalizado, que dicen que trae buena suerte, pero es casi imposible debido a su dureza.
Los visitantes siempre tratan de arrancar algún pedazo de calcio cristalizado, que dicen que trae buena suerte, pero es casi imposible debido a su dureza.

En los túneles aún se puede advertir restos del antiguo sistema de iluminación de la cueva creado en el 1910.
En el recorrido por la cueva nos encontramos con varias estructuras creadas por el continuo gotear del agua, que consisten en Carbonato de calcio.
Las estalactitas (cilíndricas y cónicas descienden y cuelgan desde el techo), estalagmitas (cilíndricas y aplanadas) situadas bajo las anteriores, columnas formadas por la unión de ambas y los mantos o cascadas formadas por la filtración a lo largo de las paredes.
Se accede al interior de la cueva por una estrecha escalera situada dentro de una pequeña edificación, que funge también como un museo, en el que se puede obtener información de las cavernas y irar objetos extraídos en excavaciones arqueológicas.
Antigua edificación en cuyo interior está la escalera por la que se desciende a las Cuevas de Bellamar.

La antigua construcción de estilo clásico está situada encima del salón principal de la caverna y después de descender nos daremos cuenta que la parte interior está completamente hueca.
La entrada es la misma por la que hace más de cien años bajaron los primeros exploradores.
Inmediatamente después de descender por las escaleras, nos encontramos con el salón principal, también conocido como el Salón Gótico.
El Salón Gótico o Salón principal
El Salón Gótico es una inmensa cavidad de 25 metros de ancho por 80 metros de largo.
En el nacen distintas galerías que se dirigen hacia el este y oeste.
Llama la atención una enorme estalactita que al descender se unió con una estalagmita, formado una enorme columna. Es la mayor de la cueva.
También se puede irar el llamado Manto de Colon, una cascada de 12 metros de altura.
La Fuente de la Juventud y la Fuente del Amor
Posteriormente seguimos por la galería del Confesionario hasta llegar a una bifurcación llamada el salón del Entronque.
Unos metros después a la derecha se encuentran dos pocetas, en las que se acumula agua cristalina que se filtra por las paredes, una de ellas se conoce como la Fuente de la Juventud y la otra más pequeña la Fuente del Amor.
La Fuente de la Juventud y La Fuente del Amor, en la Cueva de Bellamar. En ambas de agua cristalina, los visitantes se enjuagan las manos.

Aunque solo es una tradición, la mayor parte de los visitantes se enjuagan las manos o la cara con el agua de ellas.
Después de las fuentes se puede apreciar en el techo de la cueva la claridad del exterior, debido a una abertura conocido como el Respiradero que funge como un hueco de ventilación.
La Sala de la Bendición
Unos metros después la galería casi es obstruida por un manto de aspecto coralino, que usan los visitantes como fondo para tomarse una foto, es la Sala de la Bendición.
A la izquierda en la pared, las filtraciones durante miles de años formaron una cascada o un mural con formas caprichosas, como si se tratara de una obra artística.
Los que posean algo de imaginación pueden distinguir en la esquina superior izquierda el llamado "niño buda", en la parte inferior un oso polar sobre un témpano de hielo y a la derecha la parte trasera de un elefante.
Cascadas cristalinas de piedra con formas caprichosas formadas por la naturaleza en la Cueva de Bellamar A la izquierda se puede distinguir el "niño buda".

El Baño de la Americana
Siguiendo unos metros llegamos al final del recorrido, justo a la derecha vemos una estrecha galería parcialmente inundada conocida como el Baño de la Americana.
Debe su nombre a una visitante de ese país, que en el siglo pasado decidió refrescar tomando un baño allí y desapareció para siempre.
Entrada a la galería del Baño de la Americana en la Cueva de Bellamar. Allí según según la leyenda desapareció una turista que decidió tomar un baño. Realmente la profundidad es de solo 2 pies (0.6 metros).

Las galerías continúan y descienden, más adelante se encuentra el Lago de las Dalias con formaciones que parecen estas flores, pero la disminución del nivel de oxígeno en esta zona, hace que no sea recomendada para los visitantes y aficionados.
Parte del viaje de vuelta se realiza por la llamada Galería del Regreso, mucho más ancha y amplia que las anteriores.
Hallazgos arqueológicos en las Cuevas de Bellamar
La edad de la rocas donde se encuentra el Sistema Cavernario de Bellamar se estima en 25 millones de años, entre los periodos Neógeno y Cuaternario.
Estas cuevas atesoran restos de la fauna que vivió en aquellos tiempos.
Gracias a los hallazgos arqueológicos se ha podido conocer de la existencia de especies como el pez Puercoespin (Diodon circunflexus), el gigantesco tiburón (Carcharodon megalodon), la lechuza gigante (Tyto riberoi), el perezoso gigante (Megalocnus rodens) y otras especies.
También se han encontrado en cavernas del sector Gato Jibaro, varios enterramientos aborígenes de los antiguas habitantes de Cuba. Los restos de uno de ellos se pueden ver en el museo de la instalación.
Ubicación de las Cuevas de Bellamar y como llegar
Las Cuevas de Bellamar se encuentran aproximadamente a 4 kilómetros al sureste de la ciudad de Matanzas, sobre una meseta que bordea la ciudad.
Se accede por la carretera del Cocal que nace en la calle 258 (Descanso), a la que se puede acceder desde el viaducto que conduce a Varadero.
Comprueba se ubicación en Google Maps usando el siguiente enlace: Cuevas de Bellamar
Las instalaciones de la cueva forman parte de un centro turístico del mismo nombre, que posee dos restaurantes, bares, tiendas de suvenires, cafeterías, parque de recreación infantil, alquiler y monta de caballos y otras facilidades.
Páginas relacionadas
✓ Mis fotos de la ciudad de Matanzas
✓ Los mejores sitios turísticos de Cuba y lugares de interés
✓ Sitios de interés turístico y geográfico al norte de Matanzas
✓ El Valle del Yumurí en Cuba y sitios de interés a su alrededor
✓ El Rio Canímar, lugares de interés
✓ Excursión y subida al Pan de Matanzas
✓ La playa Varadero, atracciones turísticas, hoteles y sitios de interés
✓ San Miguel de los Baños y sus manantiales medicinales
✓ Los mejores sitios turísticos de Cuba y lugares de interés
✓ Sitios de interés turístico y geográfico al norte de Matanzas
✓ El Valle del Yumurí en Cuba y sitios de interés a su alrededor
✓ El Rio Canímar, lugares de interés
✓ Excursión y subida al Pan de Matanzas
✓ La playa Varadero, atracciones turísticas, hoteles y sitios de interés
✓ San Miguel de los Baños y sus manantiales medicinales
Comparta esta página
Facebook
Twitter